Las oportunidades de la globalización descentralizada
- by Anna Olsina, experta en banca y finanzas

- 11 nov 2020
- 3 Min. de lectura

Desde épocas anteriores a la Edad Media el éxodo del campo hacia las grandes ciudades no se ha detenido. Parecía seguro y aceptado por todos que las ciudades tendrían un crecimiento exponencial e infinito, algunos incluso han postulado sobre los planetas-ciudad. Actualmente más del 85 % de los españoles viven en menos del 20 % del territorio y la población rural ha caído un 10% desde el año 2000, según datos del Instituto Nacional de Estadística.
La precariedad y la falta de recursos de las zonas rurales complican su repoblación, tal como explica Sergio del Molino, autor de La España vacía: ‘‘Los déficits en telecomunicaciones, la precariedad de servicios educativos y sanitarios y la falta de alicientes culturales y de ocio complican que los profesionales se trasladen’. Vivir en la ciudad tiene o más bien tenía, unos alicientes que difícilmente podían trasladarse al campo. No ha habido guerra, pandemia o desastre natural que haya conseguido detener este éxodo a lo largo de los siglos.
El retorno a los pueblos, una oportunidad
Pero desde el inicio de esta última pandemia se observan indicios que esto podría revertirse y algunos urbanitas podrían abandonar las grandes ciudades en busca de seguridad, espacio y calidad de vida. Se estima que unos 500.000 neoyorquinos lo han hecho desde que comenzó el año, y aquí se está dando ya un modesto boom inmobiliario en las primeras coronas de Madrid, Barcelona o Málaga. ¿Por qué ahora? La diferencia radica en que en este momento los avances tecnológicos nos permiten estar conectados y trabajar desde casi cualquier punto del planeta.
Disgregar la población permitiría poder luchar mejor contra pandemias futuras y mejorar la calidad de vida de mucha gente que actualmente vive en pisos minúsculos en las grandes ciudades. Llegados a este punto se me plantea el primer hándicap que gobiernos y empresarios pueden y/o deben satisfacer. Si volvemos “a los pueblos”, es necesario abastecer a las zonas rurales de los servicios necesarios para el día a día. Pueblos que hasta estos momentos estaban en proceso de abandono y pérdida de servicios por la centralización de los mismos, demandaran recuperarlos: escuelas, centros médicos, tiendas, sistemas de telefonía, fibra…
Es cierto que podemos adquirir los bienes por internet, pero las logísticas de las compañías distribuidoras están pensadas para las grandes urbes y áreas metropolitanas y se hace necesario buscar redes de distribución para estos nuevos habitantes, que vuelven al mundo rural, no con la intención de ser neorrurales sino “urbanitas refugiados”. Amazon y otras cadenas de distribución deberán dar servicio también en estas zonas en cuanto a productos específicos pero el día a día exigirá productos de consumos diario que pueden generar la creación de pequeños negocios de km. cero.
Las inmobiliarias, por su parte, consideran que el supuesto éxodo no se consolidará por falta de comunicaciones e inmuebles disponibles. Ambos aspectos son de fácil solución si gobiernos y entidades locales se ponen a trabajar en ello con el mismo empeño que fomentaron en su momento el éxodo a la ciudad en busca de nuevas oportunidades. “La desconcentración urbana en España va a depender de la estabilidad que se tenga en el empleo”, dice Lola Ripollés, profesora de EAE Business School a OK Diario. "Si te compras una casa lejos del centro urbano porque en un momento concreto se está teletrabajando debes tener cierta estabilidad laboral para no pasarte luego mucho tiempo en transporte si tienes que volver al centro”. El teletrabajo ha llegado para quedarse. Quizá el empleado tenga que ir un día a la semana a la empresa, pero no volverán los patrones del viaje diario». Y todo ello afecta a todos aquellos viven del campo. Tienen nuevos clientes que satisfacer, ¿estamos ante una segunda revolución de la agricultura o la ganadería?
Algunos lo han visto claro y han detectado oportunidades de la globalización descentralizada que les permite esta nueva realidad, como los “agricultores de cabecera” que de forma personalizada y sostenible abastecen durante todo el año un número determinado de familias en todas las necesidades agrarias. Revolución e innovación con pequeños cambios y grandes oportunidades.
Normalmente, los startups aparecen antes que los gobiernos reaccionen. Aquí mi pregunta ¿Lo harán esta vez? ¿Les conviene? Dependerá de la presión que hagan empresarios y particulares para obtener esas infraestructuras. Lo que sí es cierto es que nos convendría.
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