Soluciones para la salida de la crisis
- by Anna Olsina, experta en banca y finanzas

- 28 abr 2020
- 4 Min. de lectura
El 23 de abril, los líderes europeos aceptaron el lanzamiento de un plan de recuperación de 1,5 billones de euros, que deberá concretarse en las próximas semanas.

24 abril 2020
Para tratar de mantener la economía a flote y que la recuperación económica tras la crisis sanitaria se produzca con la mayor rapidez posible, gobiernos de todo el mundo están invirtiendo sumas ingentes de dinero a la economía. En Europa, el debate es, además, supranacional, con la pugna entre las diversas economías de los estados miembro sobre cuál es la mejor receta para salir de esta crisis.
Según el FMI la mayoría de grandes economías perderán en 2020 entre un 5% y un 10% de su PIB, con lo que el esfuerzo económico al que se enfrentan las administraciones será inmenso, en un momento que muchos países ya arrastraban cuentas en negativo presupuestario antes de la pandemia.
Viendo los datos de deuda que ya tenía muchos países -España entre ello- a finales de 2018, me inquieta una pregunta: ¿Tendrán los países capacidad para devolver/renovarla y más después del COVID19, con las ayudas que están inyectando y los niveles de endeudamiento que pueden alcanzar? Conforme las estimaciones del think tank económico Bruegel, en España la deuda podría aumentar entre 111% y 139% del PIB en 2020.
En momentos de crisis, el capital provoca salidas de activos de riesgo, yendo a activos libres de riesgos, principalmente la deuda pública americana, alemana y japonesa. Este hecho provoca fugas de capital, por ejemplo, de países emergentes que precisan inversores que sostengan dicha deuda y, si no los encuentran, deben solicitar la ayuda del FMI.
Pero ahora el reto de la deuda pública lo volvemos a tener en Europa. Países como Italia, Portugal y España no estan libres de riesgo y aunque el Banco Central Europeo pueda comprar una parte y la banca financiar otra, quedará una parte que deberá ser asumida por inversores internacionales. Es, por tanto, el apetito de los inversores lo que hace viable o no la renovación y pago de la deuda.
Seguir en esta dinámica nos lleva a un escenario de deuda perpetua, sin serlo, donde implícitamente no incorporamos obligación de reembolso ni tiene fecha de vencimiento fijada, pues encadenamos renovaciones y ampliaciones si ello es necesario.
Propuestas para la salida de la crisis
El 23 de abril, se realizó una videoconferencia de 4 horas con todos los líderes de los países de la Unión Europea para debatir cómo afrontar la crisis. Tras la misma, se decidió impulsar la creación de un fondo para la reconstrucción económica de Europa, aunque no concretaron el tamaño del mismo, o si si las ayudas se realizaran en la forma de préstamos o de subvenciones a fondo perdido, como reclaman España, Italia o Portugal.
Al debate llegaban varias propuestasLa primera es la monetización por el banco BCE de la deuda emitida por los estados miembros. El BCE la descontaría. Pero el tratado de Maastricht prohíbe la monetización.

Otra opción, ya propuesta en Estados Unidos, es imprimir dos billones de dólares (1.8 billones de euros) y distribuirlos entre ciudadanos y empresas. Ello podría alarmar a un rebrote de la inflación, aunque no parece probable viendo la evolución del petróleo.
Y una tercera opción, demanda por España e Italia, consistiría en que una entidad supranacional, la UE, emitiera bonos europeos (los ya famosos coranobonos) a largo plazo, 50-100 años, a un coste hoy más próximo al 0%. Es dedir: la emisión de deuda europea con garantía europea mutualizada por un importe de 1,5 millones y que cada emisor estatal tendrá que amortizar en esos 50-100 años la parte que le corresponda. Su amortización que empezaría en cuanto, por ejemplo, las cuentas con el resto del mundo registren un superávit y/o los ingresos públicos superen a los gastos, o cuando el PIB vuelva a valores positivos.
Esta deuda pública sería para financiar los ERTEs, rentas mínimas, empresas con dificultades de tesorería necesitadas de circulante y, además, bonificaciones fiscales. Una propuesta que precisa de seriedad y solidaridad.
Sinceramente dudo que la propuesta de eurobonos se materialice, ya que la gestión reclama la máxima atención técnica y administrativa para que los fondos cumplan su cometido, lleguen puntualmente a sus destinos, no se generen despilfarros improductivos y ni desviaciones corruptas. Y hoy no hay la confianza norte/sur. Sí no preguntamos si nosotros avalaríamos, creo que todos conocemos la respuesta.
Sin duda hoy son necesarias medidas gubernamentales y cooperativas a nivel europeo para sustentar la economía a corto plazo y no dejarla caer. Pero la carga de la deuda seguirá dificultando los verdaderos cambios productivos que Europa debe afrontar. La política de la deuda perpetua no será el motor real de la economía sostenible a largo plazo, por ello tal vez, sólo tal vez, deberemos valorar cuando será el momento de la pérdida de algunos mercados de deuda para poder avanzar. Por ello tal vez, sólo tal vez, la segunda propuesta de inyección en helicóptero de dinero en manos de familias y empresas, para reactivar sosteniblemente la empresa desde la economía real, es una respuesta más adecuada, pero sin duda más compleja y que precisa de mayor responsabilidad por parte de tod@s.








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